La máquina del tiempo no se detiene y afortunadamente para todos nosotros, cada cierto tiempo surge un músico que aporta algo más que un soplo de aire fresco. El jazz está más vivo que nunca gracias a individuos como Gilad Hekselman.
Gilad pertenece a una generación de músicos israelíes que están aportando una visión muy personal y original a la música improvisada. El propio Gilad cuenta que «ha sido el efecto de una generación que regresó de Nueva York llevando con ellos una educación muy buena. Empezaron a enseñar en institutos, hace unos quince años, desarrollando una educación muy buena en jazz. Esto por un lado. Aparte pienso que Israel es un país que se toma muy en serio la dedicación. La gente trabaja muy duro y creo que esto es parte del resultado también».
El caso es que «Hex» es desde hace un par de años mi músico de cabecera. Su música trasciende a la guitarra, como ocurre con todos los grandes artistas, es capaz de trasmitir emociones y dejar en un segundo plano otros «pequeños» detalles, sean técnicos o musicales. «Puede ser la música más inteligente del mundo pero si no me transmite nada llega un punto en que me aburre» (Hekselman, 2011, www.tomajazz.com)
El concepto musical que define todo lo que hace, como este afecta y determina sus composiciones y por lo tanto el sonido del grupo, son en mi caso motivo de reflexión acerca de la música que toco y sobretodo, la que me gustaría tocar. Para mi todo esto le convierte ya en uno de los grandes.
Fue una sorpresa saber que Gilad vendría a Gijón como parte del trío del contrabajista Petros Klampanis, gran músico con el que tuve la oportunidad de tocar hace unos años. El Taller de Músicos de Gijón dentro de su programación “Jazz en el Centro”, nos obsequio con la presencia de ambos, además de la del percusionista John Hadfield. Gran concierto, la verdad.
Antes del concierto tuve la oportunidad de conocer a Gilad y hacer una clase con él. Da la impresión de ser un tipo reflexivo, analítico, también metódico, virtudes que seguramente le han llevado a donde está. Hablamos de pocas cosas, pero todas ellas de gran interés para mi. Su capacidad rítmica es envidiable y todo lo que toca desprende una musicalidad admirable. Y allí estábamos Guti, Carlos Pizarro y yo, disfrutando el momento. En fin, un músico genial con muchísimo aún que contar.
Gracias Hex!, vuelve pronto. Aunque sea a ver a Tony!.
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[Tony Cruz y Gilad Hekselman]
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